Cuando llega el momento de rehabilitar fachadas en un edificio, esto tiene una especial transcendencia, por ello, hemos pensado estas 10 claves para ayudaros a tomar la decisión más adecuada y para realizarlo sin que ocasione futuros problemas.
- Las fachadas suelen ser el elemento de la envolvente térmica con mayor superficie expuesta a los agentes externos, por lo que deben aportar al cerramiento aislamiento térmico, acústico, protección pasiva frente al fuego, impermeabilización frente al agua de lluvia y transpirabilidad frente al vapor de agua. La mejora del aislamiento térmico supone ahorros energéticos, económicos y de emisiones de CO2.
- Hay tres formas de realizar la rehabilitación de las fachadas. La primera, con un aislamiento de lana mineral por el exterior mediante una fachada ventilada, o un sistema de aislamiento térmico por el exterior (SATE). La segunda técnica consiste en añadir lana mineral por el interior, mediante trasdosados de fábrica o autoportantes de placas de yeso laminado sobre perfiles metálicos. La tercera forma es rellenando la cámara con lana mineral mediante insuflado.
- Técnicamente las actuaciones por el exterior de las fachadas son las más eficientes, ya que minimizan los puentes térmicos de los frentes de forjado, pero también las más complejas de realizar y requieren la aprobación de las comunidades de propietarios.
- El aislamiento por el interior, es una buena alternativa, con la ventaja de que minimizan las transmisiones acústicas laterales entre recintos yuxtapuestos en la misma planta o superpuestos en plantas sucesivas, pero hay que considerar la pérdida de superficie útil en las viviendas.
- Rellenar la cámara con aislamiento térmico es una alternativa a las dos anteriores, que mejora el aislamiento térmico de la vivienda. Tiene como ventajas que la instalación es fácil, rápida y económica, no se pierde espacio útil y se puede hacer de forma individual. En España, más de 6 millones de viviendas fueron construidas entre los años 1950 y 1980, de las cuales, un porcentaje muy elevado tienen fachadas de doble hoja con cámara sin ningún tipo de aislamiento térmico y por tanto susceptibles de ser rehabilitadas, mejorando considerablemente su eficiencia energética y el confort de sus usuarios.
- El relleno de las cámaras por insuflado requiere, por un lado, evaluar la impermeabilización y estanqueidad al aire de la fachada, reparando posibles fisuras o grietas de la fachada; evaluar el estado de la cámara: debe ser de al menos 4 cm de ancho, sin rebabas y sin residuos; y, por último, seguir las directrices del fabricante durante la instalación del aislamiento térmico. Este método consiste en insuflar la lana mineral, con máquinas específicas, por el exterior o por el interior de la vivienda, permitiendo un control exhaustivo de la intervención mediante cámaras termográficas, sondas endoscópicas, sensores, herramientas de cálculo, toberas y controles de ejecución.
- El material aislante térmico para rellenar la cámara debe ser no hidrófilos, es decir, de baja absorción de agua, dado que la fachada estará sometida a las inclemencias climatológicas. Si no fuera así, el producto aislante podría humedecerse, perdiendo propiedades térmicas y transfiriendo humedad al interior de la vivienda.
- Según el DB-HS1 es «no hidrófilo», aquel material «aislante que tiene una succión o absorción de agua a corto plazo por inmersión parcial menor que 1kg/m2 según ensayo UNE-EN 1609:1997 o una absorción de agua a largo plazo por inmersión total menor que el 5% según ensayo UNE-EN 12087:1997». Las lanas minerales clasificadas WS en el código de designación del marcado CE responden a este criterio.
- Algunas formas de rehabilitación de fachadas pueden provocar efecto chimenea y propagar con rapidez el fuego, de ahí que sea necesario que en caso de fachadas ventiladas o relleno, los materiales aislantes sean incombustibles, es decir, A1.
- Hay que comprobar el riesgo de condensaciones superficiales e intersticiales, asegurando que en caso de que pudieran producirse condensaciones internas puntuales, la cantidad de agua acumulada en cada periodo anual no sea superior a la cantidad susceptible de ser evaporada en el mismo periodo. Las lanas minerales aislantes son un material reconocido internacionalmente como aislante térmico, aislante acústico, incombustible y no hidrófilo.